Nuestros abrazos toman muchas formas mientras el tiempo se queda pegado a la memoria, y cada pequeño detalle contempla la forma de hacerse parte una neurona. He aprendido de ti las múltiples formas de ver el mundo, a llenar de paciencia mis motivos y a interpretar las maneras de tu surgimiento sobre mis ojos. Haz aprendido de mi estar y de mi ser, y es de admirar la manera de acercarte cuando sabes el miedo que está detrás de ti; aunque muchas veces ocultes tu miedo, aunque muchas otras te dejes llevar, aprendo a amarte con tus miedos, y con todo eso que provoca tu amor, tu incertidumbre sobre el futuro y sus millones de transformaciones de la vida... aprendo a amarte cada día mientras el mundo pasajero se queda cargado en las maletas de nuestra rutina, y van pasando, dejando una huella, dejando recuerdos...aprendo amarte, en las noches que juntos no pasamos, en donde las almohadas son el depósito de nuestra ilusión de que algún día, las noches estén llenas de abrazos y despedidas de buenas noches, con besos llenos de sensualidad, de apego a nuestros cuerpos, de reconciliación con las circunstancias, con la vida.
Te amo, hermosa mía.
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